6/4/09

"Una vez alguien me confesó que lo que más le angustia al ser humano es no saber qué va a ocurrir. Le miré desconcertada, pero hoy años después reflexiono sobre la idea que me transmitió acerca del estado de incertidumbre. ¿Y sabéis qué? Que tenía toda la razón..."

A partir de ese tercio se acabó la lógica de apariencia racional que hasta entonces había configurado tu vida, un hecho que retorció el sentido de la historia y te abandonó a tu suerte, a oscuras. Buscaste, astuto, un culpable. Una razón que pudiese hacerse cargo de todos los sentimientos que te embargaban. Por contra, no lo lograste. Se prolongó la agonía del desconcierto, del no saber hacia qué camino dirigir tu vida porque no existe tal.
Vagaste por mil mares mientras tenías como guía solo a la nada. ¿Durante cuánto tiempo de raíz de eternidad fue tu fiel compañera? ¡Qué pregunta sin respuesta...!


Ansioso de completar tu puzzle en el que no encajaban ni las dos primeras piezas que el azar te había entregado, te arrimabas a cualquier pista que pudiese encauzar tu triste causa. Pedías lo que fuese, desde un amor traicionero que acabase del peor modo que pudiésemos imaginar hasta un hecho tan monótono como apartar el polvo olvidado de una estantería.

Y el afán de controlarlo todo que te perdía más que nada, se convirtió en culpable de tu ceguera pasajera... ¿Un remedio? ¿Una solución? ¿Un chas rápido? Alguien me dice que a día de hoy, aún sigues esperando...

~ Saludos desde este insignificante mundo, el mío...]

No hay comentarios:

Publicar un comentario